Miriam ha vivido el campo de Trabajo en el Centro San Antonio de Ceuta con las Franciscanas Misioneras de María y los Misioneros Javerianos.
Quince días son los necesarios para conocer la realidad, en quince días puede cambiar tu mundo, esta experiencia ha logrado hacerme consciente de prejuicios que no sabia que tenia y derribarlos, me ha hecho enfrentarme a miedos desconocidos e irracionales y vencerlos. Quince días bastan y sobran para despertarte, hacerte consciente, entender lo que realmente es importante, lo que realmente merece la pena, supone una reorganización de prioridades en tu vida. Una reafirmación de tu fe y la posibilidad de ver a Dios de una forma muy distinta.
Quince días son los necesarios para conocer la realidad, en quince días puede cambiar tu mundo, esta experiencia ha logrado hacerme consciente de prejuicios que no sabia que tenia y derribarlos, me ha hecho enfrentarme a miedos desconocidos e irracionales y vencerlos. Quince días bastan y sobran para despertarte, hacerte consciente, entender lo que realmente es importante, lo que realmente merece la pena, supone una reorganización de prioridades en tu vida. Una reafirmación de tu fe y la posibilidad de ver a Dios de una forma muy distinta.
Conocer al inmigrante, ponerle nombre y apellidos, conocer la
realidad que anteriormente solo veías a través del telediario y sus
noticias. Hacerte realmente consciente
del sufrimiento que pasan buscando una mejor vida, de lo que supone ser un
inmigrante, no entender el idioma, no saber que será de ti en un futuro y aún
así acudir cada mañana al centro con el fin de aprender, mejorar y siempre con
una sonrisa de agradecimiento.
Esta experiencia me ha sido sin duda alguna enriquecedora en todos
los aspectos, ha servido para sentirme útil, levantarte cada mañana y ver que
eres capaz de ayudar haciendo cosas simples, sentirte como en casa, en familia
aún viviendo con personas totalmente distintas y desconocidas.
Impacta conocer a otra cultura y en estas dos semanas he podido
hacerlo, distintas culturas, religiones, personalidades, hablar y compartir con
ellos, ver lo distintos e iguales que somos a la vez, conocer y entender al
otro culturalmente, entender que podemos convivir en busca de un mundo mejor, admirar muchos de sus
valores e incluso querer empaparte de ellos, aprender.
Te encuentras en un lugar donde marroquíes, cameruneses, guineanos
, italianos, mejicanos y españoles comparten, juegan, se ríen, bailan,
simplemente te parece una locura. Y es en ese preciso momento donde te das
cuenta que la verdadera locura es que esto no suceda en el resto del mundo día
a día. Y entiendes que en aceptación y convivencia de la diversidad es donde realmente
se encuentra la riqueza.
Es un regalo poder vivirlo y es una experiencia que sin duda
alguna todos deberíamos experimentar, enriquecerte a
tantos niveles personalmente, recibir mucho más de lo que das, trastocar
aquello que creías cierto, cambiar tu punto de vista, sorprenderte, mejorar,
tener el privilegio de conocer, entender, encontrarte y reflejarte
en el otro en su historia, su cultura y así enriquecernos mutuamente, eliminar prejuicios, derribar muros, destruir
fronteras.
Sencillamente hacerte más humano.
Miriam
Puente Quintero
Conil
de la Frontera
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