20/2/14

La fe motivo fundamental y contenido esencial de toda evangelización


Todas la Iglesias para todo el mundo, sí, este mensaje que casi resulta la conclusión de nuestro curso de misionología en Roma nos envía a todos los participantes, que en su mayoría son Delegados Diocesanos de Misiones, a nuestras diócesis o iglesias particulares para contagiar y trabajar con el fin de que todos nos impliquemos en la obra de la Evangelización confiada a la Iglesia, es decir, ir a todo el mundo anunciando el Evangelio de Cristo. 

Esta mañana junto a la tumba del apóstol Pedro, hemos confesado nuestra fe, como Pedro, en el Señor Jesús y coincidiendo con el Evangelio del día hemos también querido expresar ese “Tú eres el Cristo” y como expresa Mateo “el Hijo del Dios vivo”. Ahí, Vito del Prete, secretario internacional de la Pontificia Unión Misional (PUM) nos decía “La fe es el único motivo fundamental de la vida de la Iglesia, del evangelizador y el contenido esencial de toda evangelización, de hecho, el Evangelio ‘potencia de Dios para los que creen’, se revela la justicia de Dios de fe en fe; como dice la Escritura: “el justo vivirá por la fe” la misión implica necesariamente el anuncio del señorío de Cristo sobre toda la realidad y la invitación a someterse a ella…Fe personal en Jesucristo, crucificado y resucitado, salvador del mundo, y terminaba con esta oración, recemos para que el Espíritu Santo descienda en nuestros corazones e ilumine toda nuestra vida de cristianos evangelizadores”.

El presidente de la Obras Misionales Pontificias, Mons. Protase Rugambwa, Arzobispo Secretario Adjunto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos nos habló de la vocación misionera e insistió en que “Las Obras Pontificias Misionales, inspiradoras de vocaciones es el programa que nos debemos proponer para los años que vienen”… y como dicen los Estatutos de dichas Obras, “son instrumentos de evangelización en la forma más directa y tradicional, y por ello les corresponde suscitar y mantener las vocaciones”. Para ello nos recordó que debemos insistir en la formación del Clero y de los religiosos en la misión y en la formación de líderes invitándonos a vivir la Unión Misionera en nuestras respectivas Diócesis o Iglesias particulares.

Diez días intensos de vida eclesial, una audiencia con el Papa, unidos a todos los fieles, en la que nos invitó a vivir la reconciliación o confesión como el sacramento que cura y que rehace a las personas. Su ternura y acercamiento a los enfermos nos ha conmovido, su deseo de poner a la Iglesia en estado de misión que sale a las periferias, como lo dice en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium y que ha estado muchas veces citada por la gran mayoría de los ponentes; el bonito ambiente eclesial creado entre todos nosotros, con nuestras experiencias y deseos de responder a ese llamado que Dios nos hace:  compartir el Evangelio a todas las gentes, nos ha permitido regresar con nuevo brío a nuestros apostolados para la obra de evangelización responsable con la Iglesia Universal.

Que Dios nos ayude a vivir la misión de Cristo y del Espíritu Santo en total sintonía con el amor del Padre por toda la humanidad, y que no nos encerremos en nuestras Iglesias particulares, son el deseo más profundo que llega a nuestros corazones y que nos impulsará en nuestra labor de animadores misioneros y colaboradores con la tarea de nuestros obispos, que son los primeros misioneros de nuestras diócesis, y como sucesores de los Apóstoles son enviados al mundo entero para Anunciar a Cristo y su Evangelio.

Roma 20 de febrero de 2014

Rolando Ruiz Durán sx
 

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